El verano no está siendo nada soleado y las temperaturas son propias del otoño.
Os presento mi primera cosecha de tomates "pequeñajos" pero muy ricos, uno amarillo, uno negro y cuatro roma vf.
Las judías de mata baja las tengo de todos los tamaños y colores, os preguntareis si se me ha ido la "olla", pues es posible que un poco si pero os cuento mis sospechas.
Unas judías sembré solas, otras junto a las tomateras y las últimas junto a los pimientos de Padrón, estas últimas están pequeñas, de un color verde apagado tirando a amarillento y las vainas están un pelin raquiticas, no es el caso de las demás que las veo normales, como tienen que estar, mi conclusión es que no está bien la asociación y las perdedoras han sido ellas, las judías.
El romero y la menta, frondosos, hacen compañía al cebollino que el ciclo foral se le está acabando, mientras el perejil no se decide, terminar de secarse o sobrevivir, que se decida sino lo haré yo.
Con las tomateras estoy un poco disgustado, creo que metí la pata por confiarme, os cuento.
En la caja grande planté dos plantas, en un principio agarraron bien y comenzaron a crecer pero de pronto empezaron a amarillear y el aspecto empezó a preocuparme, pensando cual seria el error recordé: cuando llene de tierra, humus y compost lo hice por capas en lugar de mezclar todo. Esa fue la metedura de pata, rápidamente añadí una buena capa de compost y las regué con ganas, las salvé y aunque están pequeñas las plantas tienen buen aspecto, van creciendo, floreciendo y los dos tomates que hemos comido eran pequeños pero perfectos.
Con la caja pequeña blanca y la maceta marrón que está en el centro metí la pata de otra forma. Compre una tierra....ponía que estaba abonada y lista para plantar directamente y así lo hice....quién me mandará ser tan confiado!, porque no digo que careciese de abono, habría que ver que cantidad de porcentaje, solo se que todo lo que he plantado en ellas han pasado mucha hambre y cuando he reaccionado creo que ha sido un poco tarde aunque no he "tirado la toalla".
Los pimientos choriceros tienen muchas flores y los primeros frutos, que ilusión, los de Padrón están mejorando ahora, estaba convencido que se quedaban en bonsais.
Resumiendo, entre el clima tan otoñal como tenemos y las meteduras de pata, están mis tierras un poco tristes y yo ahí, estoicamente, intentando solucionarlo y darle un giro a este asunto, no me rindo.